La ciudad de Corrientes vivió intensamente las celebraciones en honor a San Juan Bautista, una arraigada tradición local. El gobierno municipal se sumó activamente a los festejos que tuvieron lugar en el barrio Aldana, donde una gran cantidad de personas se unieron a la procesión religiosa, la misa solemne, una colorida caravana y un festival artístico que realzó la jornada.
Las actividades conmemorativas dieron inicio el sábado a las 16.30, congregando a residentes de diversas zonas en la intersección de las calles Gobernador Gelabert y Coronel Baibiene, el sitio escogido para la celebración. José Sand, secretario de Cultura y Educación municipal, se refirió a la emblemática quema del muñeco, un ritual que representa la culminación de una etapa y el inicio de otra.
El simbolismo de la quema adquirió este año una relevancia especial, según explicó Sand: el muñeco, con forma de misil, fue concebido como un mensaje de paz, un llamado al cese de los conflictos bélicos. Se buscó generar conciencia sobre la importancia de la convivencia pacífica a través de este gesto simbólico.
La jornada incluyó una emotiva procesión por las calles del barrio, liderada por el párroco Cristian Soto, quien portó una imagen de San Juan. Al caer la tarde, se ofició la Santa Misa en un escenario preparado para la ocasión, con la presencia de numerosas familias que compartieron su fe y devoción.
El cura párroco destacó el lema de este año, “Peregrinos de la esperanza”, considerándolo especialmente oportuno en un momento de adversidad. Subrayó la importancia de estos encuentros para fortalecer la fe, reavivar la esperanza y proporcionar el impulso espiritual necesario.
La noche culminó con un festival artístico protagonizado por los Hermanos Guirland, quienes ofrecieron un espectáculo de música folklórica y chamamé. El momento culminante fue la quema del muñeco a la medianoche, cuya forma de proyectil generó un fuerte impacto simbólico en un contexto marcado por noticias de guerras y violencia.